POR PRIMERA VEZ, CONDENARON A LA CIENCIOLOGIA Y SUS RESPONSABLES POR DEFRAUDACION

No tomarás el dinero de tus fieles


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Un tribunal en París condenó a la Cienciología a pagar más de medio millón de euros. También condenó a varios de sus responsables. Los acusaron de ganar fieles con la vista puesta en sus fondos.

La sede central de la iglesia de la Cienciología en París.

Por John Lichfield *
Desde París
La iglesia de la Cienciología fue llamada “un fraude organizado” por una Corte francesa ayer y multada con 600.000 euros, por aprovecharse de los feligreses. Los jueces en la Corte penal de París estuvieron a punto de proscribir a los grupos organizadores del culto. Pero, en un paso insólito, ordenaron que la iglesia pagara avisos con las conclusiones del jurado en los diarios de todo el mundo. La sentencia fue dictada después de tres semanas de audiencias en mayo y junio. Se cree que es la primera vez que la Cienciología ha sido declarada fraudulenta por una Corte en un país democrático.
Los líderes individuales del movimiento cienciológico, incluyendo a su fundador, L. Ron Hubbard, ya habían sido condenados previamente por actividades fraudulentas en Francia y en otros países. Pero el tribunal correccional de París fue más lejos ayer y declaró que las afirmaciones centrales de la Cienciología eran “falaces” y destinadas a “obtener” miembros para que entreguen grandes sumas de dinero.
El movimiento con base en California, con miembros célebres como Tom Cruise y John Travolta, había montado un sofisticado lobby para que las acusaciones no llegaran a juicio, pero un magistrado persistente, Jean-Christophe Hullin, ejerció su prerrogativa de invalidar la decisión del estado de anular los casos planteados. Dos querellantes francesas sostuvieron que, entre 1997 y 1998, el movimiento cienciológico las persuadió de que pagaran el equivalente de 21.000 y 49.000 euros para tratamientos para mejorar su salud mental y física. Esto incluía un “electrómetro” para medir el estado de sus “condiciones espirituales”.
Los dos principales cuerpos cienciológicos en Francia –el Centro de la Celebridad y la Biblioteca Cienciológica– fueron a juicio por “el uso sistemático de tests de personalidad sin valor científico, con el único objetivo de vender servicios y productos”. Ayer, el Centro fue multado en 400.000 euros y la Biblioteca en 200.000. Cuatro líderes franceses de la Iglesia de la Cienciología recibieron multas de hasta 20.000 euros y sentencias de prisión en suspenso. El líder supremo del culto en Francia, Alain Rosenberg, recibió dos años de sentencia en suspenso y una multa de 30.000 euros.
Cuando comenzó el juicio, el 25 de mayo, parecía probable una prohibición. Más tarde surgió que un cambio en la ley francesa había accidentalmente imposibilitado las prohibiciones a organizaciones fraudulentas. La legislación ya fue enmendada, pero no resultaba claro si esto podía aplicarse retrospectivamente al juicio a la Cienciología.
George Fenech, presidente de la organización francesa de control sobre los cultos religiosos, dijo que estaba satisfecho con las sentencias. “Por primera vez, los cuerpos legalmente responsables de Cienciología han sido condenados, no por excesos individuales, sino por el núcleo de las operaciones de la organización”, dijo. La vocera francesa de Cienciología, Agnes Bron, dijo que el veredicto era resultado de una “inquisición de los tiempos modernos” y anunció que apelarían.
Por otro lado, Paul Haggis, el cineasta ganador del Oscar, renunció a la iglesia de la Cienciología en una carta explosiva que condena lo que denominó como “el odio y el racismo” de la organización opuesta al matrimonio gay. Haggis, guionista de Crash, Million Dollar Baby y las dos últimas películas de James Bond denunció como política de “desconexión” de la iglesia, que había alentado a su mujer a vivir separada de sus padres.
Haggis, que ha sido miembro de la iglesia durante 35 años, anunció que no puede permanecer “con la conciencia limpia” en una organización que “tolera golpear a los gay y que ha permitido que su nombre esté relacionado con los peores elementos del derecho cristiano”. Aunque los voceros han negado públicamente que la Cienciología mantenga la política de “desconectar” a los miembros que no cumplen las reglas, Haggis afirmó que los padres de su mujer, la actriz Deborah Rennard, fueron víctimas de esta misma práctica. “A mi mujer se le ordenó desconectarse de sus padres por algo absolutamente trivial que supuestamente hicieron hace 25 años, cuando renunciaron a la iglesia”, escribió. “Le causó a Deborah un dolor terrible. Durante un año y medio no se habló con sus padres y ellos tenían un acceso limitado a sus nietos.”
La pérdida de Haggis será muy sentida por una organización que se apasiona por sus miembros si son celebridades dentro de la comunidad fílmica como Tom Cruise y John Travolta. El alejamiento de Haggis llega en un momento incómodo para la imagen pública de la Cienciología. John Travolta y su mujer, la actriz Kelly Preston, se vieron obligados recientemente a negar informes que los señalaban abandonando la iglesia. El hijo adolescente de la pareja, Jett, murió a comienzos de este año. Su muerte estuvo ligada a un severo autismo que había padecido toda su vida. Sin embargo, los cienciólogos tienen una opinión escéptica de la existencia del autismo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-134249-2009-10-28.html

Declaración tardía de amor al Che Guevara

Desde que era una niña te veía en fotografías, camisas y banderas.
Cuando comencé a preguntar quién eras, siempre me respondían lo mismo: “fue un revolucionario” y nadie ahondó más en mis cuestionamientos.
Al cumplir 10 años mirando al cielo nocturno le pregunté a las estrellas dónde estaba el hombre de mi vida, habría nacido ya? En qué país estaría? Cuándo y cómo nos íbamos a encontrar?
Pasaron los años y el paso del tiempo me enfrascó en las trivialidades de la vida, su mediocridad y altibajos me hicieron olvidarte, quedaste en lo más profundo de mi memoria con tu mirada penetrante e insondable.
Me casé y tuve hijos con otro que no eras tú, no habías aparecido todavía.
Hoy a los 40 años te redescubrí cuando volví a casarme, esta vez con un ciudadano argentino. Él me trajo TU HISTORIA, por primera vez pude leer tu biografía y te recordé de nuevo, supe que habías sido el gran amor de mi vida, pero te había olvidado.
Lloré desesperada por haberte dejado, por no estar contigo en todas y cada una de tus batallas, por no haber seguido tus pasos fielmente tal y como necesitabas.
Aún así mi corazón se hinchó de orgullo por haberte amado desde siempre pero sentí vergüenza por serle infiel a mi actual esposo al reconocer que siempre te he amado a ti.
Reconozco que fui cobarde al no poder acompañarte en todos tus viajes, tenía tantas limitaciones! Mi otra familia, hijos, trabajo…No recordaba cuánto te necesitaba y cuánto estábamos unidos el uno al otro, ni lo importante que era para ti el tener a alguien en quien confiar, en quien desahogar tus dudas, tu ira contenida tanto tiempo por la falta de comprensión que tenemos los simples mortales ante almas nobles y buenas como tú.
Al observar las fotografías en la que te encuentras desde niño, compartiendo con los más humildes, llevando a un niño en brazos, fumando, riendo, pensando; sentí la desesperación que llevabas cuando otros no comprendían tus planes o no podían entender tus planteamientos tan honestos, algunas veces irrealizables para los demás pero completamente posibles en la majestuosidad de tu grandeza de hombre de bien.
Porqué algunos no comprendían tu forma de ser?
Porqué se desesperaban con el orden estricto y la responsabilidad con que manejabas tus cosas, que al fin y al cabo eran las necesidades de los otros?.
Si los demás estaban bien, tú lo estarías, siempre pensaste en el bien común; una clase de egoísmo positivo, pero nuestra maldita mediocridad nos enceguece limitándonos justamente ante los grandes espíritus.
Vi otras dos imágenes imborrables y marcadas con fuego en mi mente, en una te llevan esposado; no puedo evitar el sentimiento de culpa que me causa compartir la soledad y desesperación de tu mirada impávida que contradice a lo que siente mi alma cuando me dice que te encontrabas confundido.
Te siento algo desmoralizado pero al mismo tiempo deseoso de que terminara de una vez por toda tu misión: Vivir y morir como un hombre de verdad.
Será acaso esta visión mi propia justificación para perdonarme a mí misma el haber huido tanto tiempo de mis deberes, de las tareas que dejaste pendientes para los que te amábamos pero que no podíamos entenderte y seguir tu ritmo?
Luego observo aterrorizada la imagen de tu cuerpo yaciendo sobre una mesa, inerte y a la exposición de un público hambriento de sangre y prepotencia, tal como si fueras un espécimen extraño y ajeno a la raza humana sin darse cuenta que son ellos mismos, tus captores y asesinos los que se encuentran en el ámbito de lo inhumano.
Sé que jamás podré perdonarme el haberte abandonado cuando más me necesitabas.
Aún así no sentí ningún reproche de tu parte, simplemente el sinsabor que ya habías experimentado pensando que talvez no te habías entregado lo suficiente o de la manera correcta como para convencer a los demás de que te acompañaran en tus luchas, de que creyeran y se comprometieran con ellas, porque, no eran solo tus batallas sino las que forman la esencia del género humano.
Antes no tuve tiempo para decírtelo Che, hoy a pesar de que pareciera que ya es demasiado tarde te digo que te he amado desde siempre y que ese amor no puede morir porque ha estado regenerándose en un círculo virtuoso que va más allá de lo que podemos comprender.
Este amor intempestuoso que ha cruzado fronteras, cuerpos y el límite del tiempo solo lo podemos entender entre tú y yo.
La semilla que sembraste ha dado fruto a lo largo de todos estos años.
Nadie te ha olvidado amor mío! Nadie quiere ni puede olvidarte.
Hoy aunque algo a destiempo te hago la promesa que la vida no me dio tiempo de decirte personalmente y si aún me necesitas trataré de hacer lo que nos pediste: Seré capaz de sentir en lo más profundo de mi ser cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.
Es la única manera que tengo para demostrar que mi amor hacia ti es verdadero y de no volver a defraudarte nunca más.
Hasta la victoria siempre!

Rashida Jenny Torres

Internet no aísla ni aliena

MEDIOS Y COMUNICACION

Carlos Cortés, haciendo referencia a una serie de estudios sobre el tema, retoma la afirmación de Manuel Castells para señalar que Internet incrementa la sociabilidad y la actividad de las personas.


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Por Carlos Eduardo Cortés S.

Desde San José de Costa Rica


La comunicación se reconoce hoy como un tema político central. El modelo de ordenamiento del mundo se basa cada vez más en la arquitectura de las redes y las nuevas tecnologías digitales de información y comunicación (TIC), que van conformando un modelo de sociedad futura.
Con toda razón, redes globales como OURMedia/NUESTROSMedios, se preguntan por las consecuencias de este cambio y se preguntan si las nuevas condiciones que brindan las TIC promueven o dispersan los encuentros y la creación de espacios colectivos de comunicación, comunidad e intereses. Pero, es la gente, no la tecnología, la que da razón y sentido a estos cambios, y es allí donde reside la esperanza. El argentino Daniel Prieto Castillo ha parafraseado un dicho en forma maravillosa: “Dime qué hiciste con las anteriores tecnologías y te diré qué harás con las nuevas”.
Numerosas investigaciones recientes demuestran, como lo ha descripto el investigador español Manuel Castells, que “Internet no aísla ni aliena, sino que incrementa la sociabilidad y la actividad de las personas en todas las dimensiones de la vida”. Sus usuarios más activos y frecuentes, cuando se comparan con los no usuarios, son personas más sociables, tienen más amistades, más intensidad de relaciones familiares, más iniciativa profesional, menos tendencia a la depresión y al aislamiento, más autonomía personal, más riqueza comunicativa y más participación ciudadana y sociopolítica.
Este aspecto de la participación es especialmente significativo. Siete años de investigación sistemática del Proyecto Futuro Digital (Escuela de Comunicación Annenberg, Universidad de California del Sur), suministran claras percepciones de los estadounidenses sobre el valor de Internet como fuente de información y su creciente uso para participar en comunidades en línea.
El 80 por ciento de los usuarios de Internet mayores de 17 años de edad la considera como una fuente importante de información –en 2006 era el 66 por ciento–, superior a la televisión (68), la radio (63), y los periódicos (63).
El estudio encontró un profundo impacto social producido por el aumento de la participación en comunidades en línea, cuya población se duplicó en sólo tres años y tiene una consecuencia muy significativa sobre la participación en causas sociales, así como sobre el desdibujamiento de lo presencial y lo no-presencial: 55 por ciento de los participantes en comunidades en línea afirman que se sienten tan fuertemente vinculados a éstas como a sus comunidades presenciales.
Esta tendencia es confirmada por otras investigaciones globales. El World Internet Project (worldinternetproject.net), un proyecto longitudinal comparado sobre uso de Internet y otras tecnologías digitales en la vida cotidiana de personas de 26 países, encontró en 2008 notables similitudes y diferencias significativas en el modo en que los usuarios usan y confían en la Internet en Norteamérica, Sudamérica, Europa, Asia, Medio Oriente y Oceanía.
Young Adults Revealed, estudio de Synovate (synovate.com), por encargo de Microsoft, entrevistó en 2008 a 12.400 jóvenes entre 18 y 24 años, en 26 países de cuatro continentes. Aunque centrado en estilos de consumo, reveló que “la comunicación mediante redes sociales y mensajería instantánea no es vista por las personas jóvenes como una actividad opcional o de entretenimiento, sino como una parte diaria y necesaria para su existencia”.
Finalmente, una investigación apoyada en una encuesta del Ministerio de Educación de Argentina a 3300 jóvenes confirma que los medios y las nuevas tecnologías configuran nuevas formas de sociabilidad juvenil y que las pantallas no aíslan, sino que son soportes de relaciones.
Los medios se han dispersado en el espacio y en el tiempo; ocupan más lugares y tiempo de consumo en momentos distintos, según la decisión de cada integrante de esta generación que, por primera vez, articula y complementa el uso de teléfono, mensajes de texto y chateo, y diferencia cada medio por su función comunicativa (Roxana Morduchowicz, Coord., Los jóvenes y las pantallas: nuevas formas de sociabilidad, Barcelona: Gedisa, 2008).
Razones de sobra para que los adultos asumamos el tema con mayor seriedad, pues estos mismos cambios están presentes en nuestros hogares, en mayor o menor medida.

• Gerente de Radio Nederland Training Centre - América latina.
http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-132621-2009-09-30.html

Oscar Arias también es extraterrestre.

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Leyendo la carta de apoyo y aceptación a la renuncia de Karla González, ex ministra de transportes nos queda muy claro qué es lo que le sucede al presidente de Costa Rica.
El señor Arias lo que tiene es pánico, un temor desbordante porque Costa Rica no es un circo romano, en cambio es precisamente el personalismo que él exuda un gran show circense.
Se queja de la crítica, pero en cuál democracia que se precie de serlo, no se da?
Al mediático y honorable señor se le olvidó que es esencialmente el señalamiento de errores lo que mantiene latente el “poder del pueblo”.
Son los tiranos los que no aceptan críticas, él como profesional y premio Nobel de la paz debiera de recordar y predicarlo.
En todos los países democráticos del mundo se llama a cuentas a los funcionarios públicos y se les pide resultados, si no los dan, entre ellos mismos se pasan la factura política o el pueblo se los demanda.
Arias se queja y reniega de un aspecto de Costa Rica del cual él es uno de sus mayores exponentes con todo su egocentrismo mediático.
Si los funcionarios públicos actuales y futuros en el gobierno no quieren trabajar porque ganan muy poco, le recuerdo al presidente que hay miles de costarricenses honestos y preparados que están sin trabajo y que de muy buena gana hasta por la mitad de esos salarios que él y su séquito consideran de “hambre” estarían orgullosos y complacidos de servir y representar al país.
Porqué no le dejan lugar a quienes no se sienten ofendidos y humillados porque no ganan los millones que paga la empresa privada?
Ya que se han dizque sacrificado tanto por el país, pues que se den las oportunidades que merecen al ser tan altruistas por aceptar el supuesto calvario al que hace mención Arias.
Costa Rica es pobre señor Arias, usted mismo lo dijo hace unos días, cuando despidió de forma burlona al señor Agustín Mourelo que solicitaba el dinero urgido para el INVU: “Solo un extraterrestre no se da cuenta de que las finanzas públicas fueron golpeadas seriamente”.
Debemos creer que también es usted un alienígena al pretender que nuestro pobre pueblo le pague sumas millonarias a los empleados públicos con esta semejante crisis tan terrible para la mayoría pero tan conveniente para unos pocos?
No lo creo, más bien me inclino a pensar que ha sido abducido desde hace mucho tiempo por otros “seres no tan extraños” pero sí muy poderosos y manipuladores: las grandes transnacionales, los multimillonarios y famosos con los que está acostumbrado a codearse.
Por eso, es tan flaca su memoria, no es fácil después de semejante lavado de cerebro recordar y actuar predicando con el ejemplo.

Rashida Jenny Torres
Musulmana Costarricense
jtorres_1969@hotmail.com

Occidente no lee el Corán.

Por José Pablo Feinmann


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Era razonable que luego de la caída del Muro de Berlín todo Occidente exclamara: “Hemos tomado la Bastilla”. A su vez, no hay nada más conveniente para un movimiento victorioso que congelar la historia en el momento de esa victoria. “Todo está resuelto. No hay más nada que esperar. Lo que ocurra de aquí en más ocurrirá sin alterar el sistema que hemos impuesto.” Esta fue la ideología del neoliberalismo a partir del fin de la Guerra Fría. Dijeron: se terminaron los dos bloques, sólo quedó uno, nosotros. También era coherente que una historia que se acaba eliminara las hipótesis de conflicto. Exultante, Occidente proclama su triunfo y su unicidad. A esa unicidad empieza a darle el nombre de globalización. Es un fenómeno notable: en tanto las universidades occidentales proclaman las filosofías de la diferencia, de la destrucción de la centralidad, de la totalización, adoran la deconstrucción posestructuralista y el fragmentarismo posmoderno, la política del Imperio impone lo Uno, exalta la globalización de su cultura, de su poder y de sus proyectos bélicos. El piadoso multiculturalismo académico resulta patético a partir de la decisión del Imperio bélico-comunicacional (Estados Unidos) por controlar el planeta.
Porque lo intolerable de la teoría de la finalización de los sucesos históricos diferenciados, de la instauración de una historia única, que se desarrollará según las modalidades que Occidente adopte y cuya globalización eliminará los conflictos, es que un imperio bélico no puede existir sin hipótesis de conflicto. ¿Para qué fabricar armas si no hay conflictos? De aquí la necesariedad de la aparición de la teoría del choque de civilizaciones. Huntington –un teórico eficaz y brillante– impone la especificidad del nuevo conflicto: es entre Occidente y el Islam. No entre Occidente y el fundamentalismo islámico. Todo el Islam es fundamentalista. Todo el Islam busca agredir a Occidente. El choque entre el capitalismo y el marxismo-leninismo ha sido “sólo un fenómeno histórico fugaz y superficial comparado con la relación continuada y profundamente conflictiva entre el Islam y el cristianismo” (Huntington, El choque de civilizaciones, Paidós, Buenos Aires, 1997, p. 249). Huntington propone como cultural este choque. Lo dice claro: los conflictos ya no son económicos o ideológicos sino culturales. Cuesta imaginar que ésa sea la política de Estados Unidos. Sus intereses son abiertamente económicos. Y también se podría discutir en qué medida las creencias religiosas no pueden estudiarse como ideologías. ¿Qué busca el Imperio en el Islam? Huntington informa abiertamente sobre las agresiones militares a Oriente: “Durante los quince años que mediaron entre 1980 y 1995, según el Ministerio de Defensa estadounidense, los Estados Unidos llevaron a cabo diecisiete operaciones militares en Oriente Próximo y Oriente Medio, todas ellas dirigidas contra musulmanes. No se ha producido ninguna otra pauta comparable de operaciones militares estadounidenses contra el pueblo de cualquier otra civilización” (Ob. cit., p. 259. Cursivas mías). Bastaría esta escalada de agresiones militares para comprender que el Islam preparó o propinó su respuesta histórica devastadora: el derrumbe de las Torres. Todos sabemos que hoy en día se han impuesto las teorías conspirativas. Que no fueron los musulmanes. Que fueron los mismos norteamericanos para justificar la invasión a Afganistán y a Irak. O que fue una mezcla de fundamentalistas islámicos y halcones yankis, hombres duros y ambiciosos del estado de Texas al frente del liderazgo de la guerra de retaliación. A la que –en principio– llamaron Justicia Infinita, como si fueran un reflejo del Islam. “Texas (se dice en un excelente libro sobre la derecha norteamericana) está impregnada de tradición militar en igual medida que de evangelismo (...) El machismo de Texas no se limita a su variedad militar (...) Domesticada por vaqueros que manejaban el revólver, Texas sigue impregnada de la cultura de las pistolas. Hasta en la empresa Dell Computer, en la liberal Austin, hay carteles indicando dónde dejar tu pistola” (John Mickletwait y Adrian Wooldrigde, Una nación conservadora: El poder de la derecha en Estados Unidos, Ediciones Debate, Sudamericana, Buenos Aires, 2007, p.185). Bush se sentía en ese entorno no como pez en el agua, sino como tiburón hambriento a la espera de turistas. Pero ésa sería la película de Spielberg. Bush es un tiburón diseñado para despedazar musulmanes. No lo olvidemos: el enemigo es el Islam. No hay matices.
Hay varios problemas graves. Problemas no resueltos por el Imperio y que están causando su derrota y hasta su bochorno, su asfixia, su vergüenza en la batalla de Irak. Lleva demasiados años. Son muchos los children soldiers (así llaman los moderados liberales a los soldados del Imperio que arrasan las tierras de Irak y torturan sin piedad alguna) que vuelven en esas bolsas de plástico negro que destrozan el alma del pueblo norteamericano. Se preguntan: ¿por qué mueren nuestros children soldiers (soldados niños)? ¿Qué causa se defiende en Irak? ¿Alguna otra que la de los petroleros texanos? ¿Alguna otra que la proliferación y el aumento desmedido de la industria armamentista? ¿Por esas causas mueren nuestros hijos? El nine-eleven ya está lejos. La guerra se prolonga. La resistencia iraquí es inesperadamente mortífera. ¿Conocíamos al Islam? ¿Conocíamos el fanatismo de sus guerrilleros, la fe poderosa que los anima?
No, no los conocían para nada. Estados Unidos se arroja sobre Irak sin haber leído el Corán. Esa sospecha se impone cada vez más. Cree que el Islam le ha declarado la Guerra Santa y que esa guerra se llama yihad. No saben árabe, o apenas lo balbucean. Y desconocen el Corán. Libro complejo y –para mí, al menos, estremecedor como los más estremecedores pasajes de Nietzsche– que tiene distintas y muy ricas exégesis. “La palabra yihad proviene del verbo Y(a)h(a)d(a), que en árabe significa ‘esforzarse’, ‘empeñarse’ (...) Yihad es esfuerzo, empeño, de nuevo, perseverancia, resistencia, y es diferente a la palabra jarb, que significa guerra” (Pedro Brieger, Qué es Al Qaeda: Terrorismo y violencia política, Capital Intelectual, Buenos Aires, 2006, p. 34). Pero no es tan unívoca la cuestión. “Ciertos grupos, como algunos de los jariches y algunos activistas modernos, entienden la lucha armada como un rasgo esencial de la fe (...) En el período moderno, algunos ideólogos musulmanes han argumentado que es un deber de todo musulmán emprender el combate armado contra esos estados que no sean islámicos” (Gordon D. Newby, Breve enciclopedia del Islam, Alianza, Madrid, 2004, p. 93). En suma, la yihad es violencia, es guerra, es destrucción de todo aquello que sea lo Otro del Islam. La yihad se da la mano –por simetrías inocultables– con la Guerra contra el Terror del Imperio. Algo incómodo para éste, que pretende ser el arma de la civilización, de la cultura. Al cabo, en el final de su libro, Huntington dice que la lucha es entre “civilización y barbarie”. Tal como lo revelara Sarmiento en el lejano 1845, con mejor prosa.
En cuanto al Corán, no pretendo entenderlo más que superficialmente, pero trato de acercarme a esa comprensión. Jamás llegaré a ser un exegeta, como hay tantos. Creo, sin embargo, que los numerosos exegetas terminan por complicar al infinito suras que, al leerlas un occidental, tienen un sentido agresivo, violento y temible. La central, la que une al Corán con el monoteísmo judío, es la de la unicidad de Alá. Es la sura 112. Una sura equivale a un versículo de la Biblia. La 112 dice: “Di: ‘El es Dios, Uno/ Dios, el Eterno/ no ha engendrado, ni ha sido engendrado/ No tiene par’”. Que Dios no ha engendrado es una alusión directa al profeta de Nazareth, que se proclama hijo de Dios. Pero –para un occidental, en una primera y hasta en una segunda lectura– el Corán atemoriza. Sura 68: “¡No obedezcas a ningún vil jurador/ al pertinaz difamador que va sembrando calumnias (...)/ ¡Le marcaremos en el hocico!” Luego: “Los que temen a Dios tendrán, junto a su Señor, los jardines de la Delicia” (Sura 68, 34). Resulta arduo imaginar un texto que reclame mayor sometimiento del hombre a Dios y mayor omnipotencia divina. El Corán se resume en la omnipotencia del Dios único, en la fe absoluta y sumisa que los hombres le deben y en los castigos (casi todos ellos por el fuego) que se les impone a los impíos. Islam significa “sumisión incondicional a Dios”.
Nada de esto está detenido. El Islam no es una estructura inmóvil que se encuentre satisfecha con tan total acatamiento. Según Slavoj Zizek, hay una apertura del Islam, una “nueva estructura liberal-democrática” que busca apartarse de los fundamentalismos coránicos. Habría un conflicto entre un Islam de líneas duras y un islam con pro Occidentales reformas liberales. Difícil saber a fondo si será así. “Ahmadinejad (afirma) no es el héroe de los islamistas pobres, sino un corrupto islámico-fascista populista, una especie de Berlusconi iraní, que mezcla posturas payasescas con un duro poder político” (Slavoj Zizek, Berlusconi en Teherán). Entre tanto, el Imperio sigue en Irak. Sigue desgastándose. Sigue con una imposible guerra con ocupación del territorio. Y aunque Obama diga “Estados Unidos no torturará más” porque eliminó Guantánamo, es una frase imposible de creer. Mientras el Imperio siga en Irak tendrá que torturar. Acaso yo sea pesimista, pero costará mucho a esta altura erradicar la tortura de la guerra, porque sólo por su mediación los bandos en pugna hacen lo que llaman “tarea de inteligencia”. Que es “obtener información”. Sin información no hay triunfo posible. Sin tortura no hay información. Los que ven la instructiva serie 24 lo habrán visto a Jack Bauer defender con uñas y dientes el derecho de las democracias de Occidente a torturar. Por último, si los políticos que se imponen son clowns como Ahmadinejad y, sobre todo, como Berlusconi, que suplantan la política por el show, aquí estamos perdidos. Será la hora de los histriónicos jinetes del campo, graciosos pero prepotentes y hasta despóticos, y los caídos del cielo que se conocen todas las reglas de la hipermodernidad política como De Narváez. Pero trataremos esto en otra oportunidad. Sin duda, la habrá. Porque no todo está perdido. Habrá que ver cómo le va a Berlusconi (a quien Zizek compara con Carlos Menem). Si demuestra que no puede gobernar en base a la farandulización y al puro descaro, quizás algunos empiecen a ver que los improvisados pueden resultar atractivos, cantar canciones de Freddy Mercury, pero después te tiran encima a un cómplice de la matanza de la AMIA y un grupo de asalto de 800 policías que no sabemos de dónde salieron. Aunque, oscuramente, lo sospechamos.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-129246-2009-08-02.html

Disculpen la molestia

Por: Eduardo Galeano


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Quiero compartir algunas preguntas, moscas que me zumban en la cabeza.
¿Es justa la justicia? ¿Está parada sobre sus pies la justicia del mundo al revés?
El zapatista de Irak, el que arrojó los zapatazos contra Bush, fue condenado a tres años de cárcel. ¿No merecía, más bien, una condecoración?
¿Quién es el terrorista? ¿El zapatista o el zapateado? ¿No es culpable de terrorismo el serial killer que mintiendo inventó la guerra de Irak, asesinó a un gentío y legalizó la tortura y mandó aplicarla?
¿Son culpables los pobladores de Atenco, en México, o los indígenas mapuches de Chile, o los kekchíes de Guatemala, o los campesinos sin tierra de Brasil, acusados todos de terrorismo por defender su derecho a la tierra? Si sagrada es la tierra, aunque la ley no lo diga, ¿no son sagrados, también, quienes la defienden?
Según la revista Foreign Policy, Somalia es el lugar más peligroso de todos. Pero, ¿quiénes son los piratas? ¿Los muertos de hambre que asaltan barcos o los especuladores de Wall Street, que llevan años asaltando el mundo y ahora reciben multimillonarias recompensas por sus afanes?
¿Por qué el mundo premia a quienes lo desvalijan?
¿Por qué la justicia es ciega de un solo ojo? Wal Mart, la empresa más poderosa de todas, prohíbe los sindicatos. McDonald's, también. ¿Por qué estas empresas violan, con delincuente impunidad, la ley internacional? ¿Será porque en el mundo de nuestro tiempo el trabajo vale menos que la basura y menos todavía valen los derechos de los trabajadores?
¿Quiénes son los justos y quiénes los injustos? Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?
¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en las Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de "crimen organizado"?
Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.
Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina tres millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren quince niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?
¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?
¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.
Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.
En el mundo al revés, dan miedo hasta los más elementales actos de justicia y sentido común. Cuando el presidente Evo Morales inició la refundación de Bolivia, para que este país de mayoría indígena dejara de tener vergüenza de mirarse al espejo, provocó pánico. Este desafío era catastrófico desde el punto de vista del orden racista tradicional, que decía ser el único orden posible: Evo era, traía el caos y la violencia, y por su culpa la unidad nacional iba a estallar, rota en pedazos. Y cuando el presidente ecuatoriano Correa anunció que se negaba a pagar las deudas no legítimas, la noticia produjo terror en el mundo financiero y el Ecuador fue amenazado con terribles castigos, por estar dando tan mal ejemplo. Si las dictaduras militares y los políticos ladrones han sido siempre mimados por la banca internacional, ¿no nos hemos acostumbrado ya a aceptar como fatalidad del destino que el pueblo pague el garrote que lo golpea y la codicia que lo saquea?
Pero, ¿será que han sido divorciados para siempre jamás el sentido común y la justicia?
¿No nacieron para caminar juntos, bien pegaditos, el sentido común y la justicia?
¿No es de sentido común, y también de justicia, ese lema de las feministas que dicen que si nosotros, los machos, quedáramos embarazados, el aborto sería libre? ¿Por qué no se legaliza el derecho al aborto? ¿Será porque entonces dejaría de ser el privilegio de las mujeres que pueden pagarlo y de los médicos que pueden cobrarlo?
Lo mismo ocurre con otro escandaloso caso de negación de la justicia y el sentido común: ¿por qué no se legaliza la droga? ¿Acaso no es, como el aborto, un tema de salud pública? Y el país que más drogadictos contiene, ¿qué autoridad moral tiene para condenar a quienes abastecen su demanda? ¿Y por qué los grandes medios de comunicación, tan consagrados a la guerra contra el flagelo de la droga, jamás dicen que proviene de Afganistán casi toda la heroína que se consume en el mundo? ¿Quién manda en Afganistán? ¿No es ese un país militarmente ocupado por el mesiánico país que se atribuye la misión de salvarnos a todos?
¿Por qué no se legalizan las drogas de una buena vez? ¿No será porque brindan el mejor pretexto para las invasiones militares, además de brindar las más jugosas ganancias a los grandes bancos que en las noches trabajan como lavanderías?
Ahora el mundo está triste porque se venden menos autos. Una de las consecuencias de la crisis mundial es la caída de la próspera industria del automóvil. Si tuviéramos algún resto de sentido común, y alguito de sentido de la justicia ¿no tendríamos que celebrar esa buena noticia? ¿O acaso la disminución de los automóviles no es una buena noticia, desde el punto de vista de la naturaleza, que estará un poquito menos envenenada, y de los peatones, que morirán un poquito menos?
Según Lewis Carroll, la Reina explicó a Alicia cómo funciona la justicia en el país de las maravillas:
–Ahí lo tienes –dijo la Reina–. Está encerrado en la cárcel, cumpliendo su condena; pero el juicio no empezará hasta el próximo miércoles. Y por supuesto, el crimen será cometido al final.
En El Salvador, el arzobispo Oscar Arnulfo Romero comprobó que la justicia, como la serpiente, sólo muerde a los descalzos. El murió a balazos, por denunciar que en su país los descalzos nacían de antemano condenados, por delito de nacimiento.
El resultado de las recientes elecciones en El Salvador, ¿no es de alguna manera un homenaje? ¿Un homenaje al arzobispo Romero y a los miles que como él murieron luchando por una justicia justa en el reino de la injusticia?
A veces terminan mal las historias de la Historia; pero ella, la Historia, no termina. Cuando dice adiós, dice hasta luego.

'Diálogo interreligioso y cultural


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